Extractos de la entrevista al Lic. Psicología Oscar De Cristoforis
La pandemia es un acontecimiento inédito, por un lado el mundo globalizado y por el otro el aislamiento. En ese marco es necesario diferenciar las parejas sin convivencia, las que conviven, las que tienen hijos, las que no, y cada una de estas situaciones es diferente; no se puede generalizar.
La sobrepresencia impulsa a un mayor acercamiento o a un odio al otro.
Esto que pasa es como una lupa de aumento. Pone a prueba el individualismo en las parejas, en el que cada uno estaba más en su proyecto individual. Cada uno tenía sus horarios de trabajo, sus tiempos, sus amantes. De pronto, llega el aislamiento y los que conviven están veinticuatro horas juntos, esto es absolutamente inédito: lo que llamamos “sobrepresencia”. Esto nos impulsa a un mayor acercamiento y amor, o a una furia y un odio al otro, que me molesta y no aguanto más. Profundiza y agudiza los sentimientos y lo que venía sucediendo.
Se habla de sexo virtual, pero antes de la pandemia ya había una exacerbación de la pornografía.
En cuanto a los que están aislados, tienen que utilizar otros mecanismos. Se habla del sexo virtual, en realidad ya había antes de la pandemia una exacerbación de la pornografía, que es una manera de autoerotismo, para aislarse del otro y no tener un compromiso cuerpo a cuerpo. Uno de los temas más problemáticos desde hace tiempo es la deserotización. El erotismo se está perdiendo en un mundo que parece altamente comunicado, pero que en realidad crea una soledad subjetiva muy grande.
Está en jaque el individualismo propuesto por el neoliberalismo.
Por otro lado, esto pone en jaque el individualismo propuesto por el neoliberalismo, por qué se necesita del otro, y al mismo tiempo, se necesita que el otro no me venga a contagiar, que el otro me cuide y yo lo cuide. Entonces, esto puede desembocar en una exacerbación del individualismo, o en situaciones con mecanismos solidarios y comunitarios.
¿Qué va a pasar con las parejas después de la pandemia?
Pensándolo así la pregunta es: ¿Qué va a pasar con las parejas después de la pandemia? Muchas van a destruirse, porque se van a dar cuenta que no conocían al otro. Estos meses de estar juntos les hace ver cosas que antes no veían. Hay muchas parejas que pasaron muy poco tiempo juntos, que en general siempre estuvieron con otros. Estuvieron con los hijos, con familiares, con amigos. El tiempo de estar uno con el otro es un tiempo evitado en general, es donde aparece una interioridad que está oculta.
La pandemia ha puesto en jaque los modos de producción, la distribución de la riqueza y también el amor. Lo que venía sucediendo desde el siglo pasado, era una crítica a la caricatura del amor romántico. Algo se estaba gestando y esta situación pone en cuestión la manera de encuentro con el otro.
Eso del proyecto personal, donde uno es su propio gerente, es su propio gestor, es una gran mentira, uno sin los otros no es nada.
Lo que está pasando con el Estado, que se ve como necesario para poder contener al conjunto de la sociedad, va a pasar a nivel del individuo, la conclusión es “yo sólo no puedo”.
Amor romantico, patriarcado y feminismo
La importancia que va a tener el amor, la solidaridad, la sororidad que demuestran las mujeres con el feminismo, será importante para ver cómo nos posicionamos, en una sociedad más cooperativa y comunitaria. La otra posibilidad es un capitalismo que se rearma y se pone más feroz. Con un despotismo, un aislamiento y un control social severo. Esto queda abierto y no podemos saber qué va a suceder.
El feminismo vino a romper con ese amor romántico.
El amor romántico tuvo mucha prensa, porque planteaba expansión de la libertad, del derecho a poder elegir, y a un individualismo que tenía que ver con ser más libre. En el siglo xx se banalizó, y quedó sumido en una posición que siempre el patriarcado ejerció sobre la mujer. La mujer era la cuidadora del hombre, de los niños, y quedó postergada en función del papel que jugaba el hombre. El feminismo vino a romper esta posición y ese amor romántico, en el que la mujer busca al príncipe, donde tiene que esperar, donde se tiene que postergar. Eso se está terminando. Este siglo está mostrando una posición más igualitaria, pero no pensemos que el patriarcado está muerto, como el capitalismo, tiene mucho como para continuar. Pero la lucha se está dando y hay resultados evidentes y esperanzas de que lleguen modificaciones.
Artículo publicado en www.agendasur.com.ar